La mayor motivación y necesidad del ser humano es sentirse amado y expresar amor. Sin embargo, me asombra que, a pesar de todas las estrategias que hemos inventado, lo que realmente logramos es alejarnos de nuestro objetivo, obstruirlo y entorpecerlo. Es como si hubiéramos perdido la memoria de nuestro diseño y ahora tuviéramos que aprender a hablar el lenguaje del amor desde cero. Creo que, para contener el amor y verterlo, primero es necesario que entendamos que es una ciencia que requiere no solo de sentimiento, sino de decisión, conocimiento y práctica.
¿En qué áreas necesitamos avanzar para poder amar más y mejor? ¿El amor que estamos experimentando es real e incondicional, o es una imitación? ¿Por qué no le confiamos a Dios nuestro corazón, para que mejore nuestra capacidad de amar?
“ Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprochables para el día de Cristo (…)” Filipenses 1:9