El pueblo israelita recibió un mandamiento antes de entrar a la Tierra Prometida: cada siete años tenían que celebrar el año de reposo y cada 50, el año de Jubileo. En esas fechas, se debía dejar descansar la tierra para que se restaurara completamente, se debían perdonar las deudas, se dejaban en libertad los esclavos, las propiedades volvían a sus dueños originales y se entendía que los pecados del pueblo también eran perdonados por Dios.
Hoy escucho en las noticias que a los canales de Venecia volvieron los peces, que en China se redujo la contaminación y en Bogotá se han encontrado zorros caminando por las calles. También anunciaron que los bancos darán alivios financieros y muchos han despertado a la empatía para ayudarse unos a otros en tiempos de crisis.
Las imágenes que relatan una pequeña recuperación en la salud del planeta me permiten entender que era necesario lo que estamos viviendo. Como el ser humano ha demostrado que no tiene la capacidad de poner el freno de mano, yo sinceramente creo que Dios lo hizo por nosotros. De hecho, hasta hace dos meses nadie creía posible ralentizar la dinámica económica e industrial para reconsiderar decisiones que están amenazando a paso acelerado el medio ambiente y nuestra propia existencia. ¡¿Y qué creen?! Ahora estamos viendo que sí se puede.
Y el otro objetivo del año de reposo y el de Jubileo era recordarle al pueblo de Israel que la fuente de su provisión era Dios, no el sistema económico, no los tratos comerciales entre naciones y tampoco la capacidad laboral. Pero para este tema pienso publicar otro post.
Nos falta mucho para cumplir a cabalidad el mandamiento tal y como fue escrito, así como tampoco creo que esta situación que estamos viviendo se tome un año entero; pero me gusta creer que Dios, por amor a Su creación, nos mandó a encerrarnos en nuestra habitación para reflexionar sobre nuestras acciones, así como lo hace todo buen papá.
PD: si no sabes cómo asumir esta pandemia, te invito a que leas el post del 19 de marzo "Dos oraciones en medio de la tormenta".
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