Podemos echarle la culpa al diablo, a las personas que desaniman, a la vida... Qué sé yo 🤷♀️... Pero creo que sobretodo es una cuestión de autosabotaje. Entonces, toca identificar de dónde proviene esa vocecita endemoniá y ponerle el tate quieto, porque lo que sí es definitivo es que no se le puede permitir hablar más duro que a la voluntad de Dios para nuestras vidas. YA FUE SUFICIENTE!
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